
Dormía y soñaba que la vida era bella;
desperté y advertí que la vida era deber.
(Inmanuel Kant)
Igual que el aleteo de una mariposa se puede percibir al otro lado del mundo (aunque a veces sea en forma de huracán), a mí me gustaría que este blog pudiera conseguir algo similar en cualquier lugar, haciendo algo provechoso con las ideas que yo pueda aportar.
Llevo demasiado tiempo sin aportar nada en este rincón, le he estado echando la culpa a mi falta de inspiración. Sin embargo, el problema no es ese, es sencillamente que estoy agotada, demasiados cambios y demasiadas cosas por aprender… En el fondo estoy contenta, aunque echo en falta la seguridad y confianza en lo que hago, estoy resultando del todo imprevisible, incluso para mi misma…

Es una de las ciudades costeras de Croacia. Y uno de los centros turísticos más importantes del Mar Adriático. Se la conoce como "la perla del Adriático”.
Este año, nos hemos limitado a pasear sus calles, mirar el paisaje desde las murallas y a charlar con los camareros sentados en una de sus terrazas. Sus habitantes se esfuerzan por entender nuestro idioma y casi todos lo hablan un poco.
No hay policías, salvo los guardias que custodian la muralla y cuyo cambio de guardia es digno de ver. Nos dijeron que la mejor policía que tienen son las abuelas croatas, a ellas no hay delincuente que se les resista . Como son tan pocos sus habitantes, se conocen todos.
Me sorprende descubrir un cibercafé, cuyas mesas están en la terraza con portátiles a disposición de todo aquél que quiera utilizarlos. Hay mucha seguridad en sus calles, y la delincuencia empieza a notarse en algún que otro turista espabilado.
En definitiva, una ciudad acogedora, en la que se agradece pasar una temporadita. 




















Y volvió a ocurrir, cuando todos los farolillos ya estaban colocados… Este año verdes y blancos por el centenario del Betis, hace dos años blancos y rojos por el del Sevilla.








