Y queriendo demostrar,
de una forma radical
que hay dos docenas de ratos,
que piensas en mi compañía.
Me has venido a regalar
rosas rojas, una vez más,
han sido esta vez venticuatro,
como las horas de un día.
Y me pregunto ¿para qué?
Si haces cosas que no quieres,
Y sigo sin entender ¿por qué?
Miro las rosas y lloro.
Se marchitan, ya ves…
Dejando caer sus hojas,
que yo intento volver a poner.
Y sin retrasar su agonía,
curvándose cada vez más,
veo morir ese ramo,
un poco más cada día.
Jamás tanta pena me dio,
ver como mis flores morían…
de una forma radical
que hay dos docenas de ratos,
que piensas en mi compañía.
Me has venido a regalar
rosas rojas, una vez más,
han sido esta vez venticuatro,
como las horas de un día.
Y me pregunto ¿para qué?
Si haces cosas que no quieres,
Y sigo sin entender ¿por qué?
Miro las rosas y lloro.
Se marchitan, ya ves…
Dejando caer sus hojas,
que yo intento volver a poner.
Y sin retrasar su agonía,
curvándose cada vez más,
veo morir ese ramo,
un poco más cada día.
Jamás tanta pena me dio,
ver como mis flores morían…
2 comentarios:
Tienes razón, pienso mucho en tú compañia, pero no se que me lleva a estropear algo que no debiera, puede ser mi insensatez o incluso mi falta de madurez en algunos casos.
Siento el daño realizado, y espero que nuestro amor, no se marchite como el ramo que te regalé...
He decidido preocuparme por regar más a menudo ese jardin que tan lleno de amor está por mi, que no es otro que tu corazón.
Te pido perdón, por esas espinas que se te clavaron.
Te quiero
Y yo más, no lo olvides.
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