16 es el número que llevaba a su espalda un gran jugador, y en su honor, ha adquirido tal cantidad de significados que… esta tarde, consiguieron ponerme los pelos de punta.
16 es el número de una puerta, que hoy por hoy, continúa pareciendo un mausoleo.
Hoy, en el primer partido de temporada jugado sin ANTONIO PUERTAS, en esa misma puerta, el equipo contrario le ha rendido un pequeño homenaje.
Un grupo de aficionados del “Recre” que le estaba dando la vuelta al campo, con una pancarta que pretendía honrar la memoria del jugador, al llegar a esa puerta, se ha quedado mudo tras contemplar la cantidad de flores, velas, pancartas, fotos, escritos,… depositados en ese lugar por la afición sevillista, y ninguno del grupo ha podido contener sus lágrimas.
Tras ellos, han llegado los directivos de su Club y han depositado en el suelo un simbólico ramo de flores… flashes, cámaras, fotógrafos y periodistas… pero no hubo lágrimas.
Y yo, aún me sigo preguntando qué clase de sentimientos puede despertar el fútbol.
16 es el número que no usará ningún jugador de su equipo, hasta que su futuro hijo (caso de ser futbolista) lo utilice en su camiseta…
Y ha sido en el minuto 16 del partido cuando toda la afición, sin ponerse de acuerdo, ha guardado un minuto de riguroso silencio. Creo que hasta sus compañeros perdieron la concentración, al poder escucharse fácilmente como se pasaban el balón.
Yo siempre he visto el fútbol como el deporte que mueve a la afición más violenta, quizás ha llegado el momento para empezar a cambiar de idea ¿no?
Felicidades Antonio,
si es que me lees,
16 es el número de una puerta, que hoy por hoy, continúa pareciendo un mausoleo.
Hoy, en el primer partido de temporada jugado sin ANTONIO PUERTAS, en esa misma puerta, el equipo contrario le ha rendido un pequeño homenaje.
Un grupo de aficionados del “Recre” que le estaba dando la vuelta al campo, con una pancarta que pretendía honrar la memoria del jugador, al llegar a esa puerta, se ha quedado mudo tras contemplar la cantidad de flores, velas, pancartas, fotos, escritos,… depositados en ese lugar por la afición sevillista, y ninguno del grupo ha podido contener sus lágrimas.
Tras ellos, han llegado los directivos de su Club y han depositado en el suelo un simbólico ramo de flores… flashes, cámaras, fotógrafos y periodistas… pero no hubo lágrimas.
Y yo, aún me sigo preguntando qué clase de sentimientos puede despertar el fútbol.
16 es el número que no usará ningún jugador de su equipo, hasta que su futuro hijo (caso de ser futbolista) lo utilice en su camiseta…
Y ha sido en el minuto 16 del partido cuando toda la afición, sin ponerse de acuerdo, ha guardado un minuto de riguroso silencio. Creo que hasta sus compañeros perdieron la concentración, al poder escucharse fácilmente como se pasaban el balón.
Yo siempre he visto el fútbol como el deporte que mueve a la afición más violenta, quizás ha llegado el momento para empezar a cambiar de idea ¿no?
Felicidades Antonio,
si es que me lees,
desde ese lugar donde descansas.
