Así es, ha tenido que recordármelo una chica que encontró este blog por casualidad.
Gracias Vanlat espero que vuelvas a visitarme.
Lo cierto, es que no ando de muy buen humor desde hace tiempo, y tampoco creo que deba exponer públicamente mis motivos.
He pensado más de una vez en privatizar Bolboreta, pero no estoy segura de que no se pueda encontrar este blog en la red aunque yo decidiese no hacerlo público.
Por otra parte, me encanta que algún lector me escriba un comentario, pues entiendo que de alguna manera, llego a esas partes del mundo que pretendía revolucionar.
Soy tan entusiasta con todo lo que emprendo, que cuando me doy cuenta estoy abarcando más de lo que debo y todo se queda en ese intento, aunque en el fondo perciba que en algún momento haya revolucionado al mundo.
Sigo escribiendo para mí, pero de otra manera, quizás me esté escondiendo de todo, no se, aunque, por otro lado, tengo la sensación de que más que esconder, me estoy dando a conocer.
Éste ha sido un año de excesivos cambios y demasiada tensión, con muy poco tiempo para mi y los que de verdad importan.
Quisiera ser optimista y poder decir que ahora empiezo a recoger mis frutos, pero no tengo muy claro que ha sido lo que he estado sembrando.
Dos años cumple ahora Bolboreta, dos años donde ha habido momentos de cambio, malos ratos que se han superado, decisiones importantes que he tenido que tomar, apoyo incondicional de los de siempre, momentos tristes, momentos felices... así, que estoy convencida de que queda aún mucho por escribir, aunque de momento no sea con mucha frecuencia.
Gracias a los que habéis dedicado un poco de vuestro tiempo a leer Bolboreta.
