Me siento bien. No fue un adiós drástico, fue distendido y ameno, acompañada de los más cercanos y apreciados, notando cierto aire nostálgico (en algunos) y mucho, mucho apoyo de todos, con la decisión tomada.
Saben que los adoro, y en cierto modo estos días me he sentido adorada…
Saben que los adoro, y en cierto modo estos días me he sentido adorada…
Ha sido una despedida escalonada. El miércoles, mi último día de trabajo en común, concluyó con almuerzo en la Feria, y entre manzanilla, friturillas y demás, hubo tiempo para cante y baile; me sorprendieron con “las sevillanas del adiós”, un momento divertido y emotivo. No hubo lágrimas todos teníamos las ideas claras…
Sábado y domingo ha sido mi penúltima guardia, en compañía del que me enseñó casi todo lo que sé. Y me queda la última, el próximo fin de semana, con el responsable de mi actual sección. El primero y el último… ¿quien se puede despedir mejor?
Hoy he empezado a trabajar en mi nuevo puesto, ilusionada y encantada con el nuevo equipo. He descubierto un buen docente y ojalá que él haya descubierto una buena alumna.
Sábado y domingo ha sido mi penúltima guardia, en compañía del que me enseñó casi todo lo que sé. Y me queda la última, el próximo fin de semana, con el responsable de mi actual sección. El primero y el último… ¿quien se puede despedir mejor?
Hoy he empezado a trabajar en mi nuevo puesto, ilusionada y encantada con el nuevo equipo. He descubierto un buen docente y ojalá que él haya descubierto una buena alumna.
Espero y deseo que esta decisión haya sido acertada. Es muy pronto para hacer conjeturas, lo sé… tiempo al tiempo…
Seguiré contando…
Seguiré contando…