La infección por el virus de la rubeola durante el embarazo puede dar lugar al síndrome de rubeola congénita, enfermedad neonatal de gravedad variable, dependiendo, fundamentalmente, de la edad gestacional en el momento de la exposición.
El riesgo mayor para el feto lo constituye la primoinfección de la madre durante el primer trimestre de gestación, pudiendo producir aborto, muerte fetal o anomalías congénitas por afectación de determinados órganos en desarrollo.
La eficacia de la vacunación en nuestra población (superior al 96%), induciría a pensar en suprimir el control de anticuerpos anti-rubéola en las mujeres adultas españolas en edad fértil.
Sin embargo, la existencia de importantes movimientos migratorios hacia nuestro país desde otros países en los que no existen programas de vacunación frente a este virus, hace suponer que en los próximos años aumentará la circulación del mismo y el riesgo de infección en la población susceptible.
Por estas consideraciones, se recomienda continuar con el control serológico de la rubéola en el embarazo.
La determinación de anticuerpos frente a la rubéola debería realizarse, siempre que sea posible, antes de la gestación. Un resultado negativo indica susceptibilidad a la infección y se debe proceder a la vacunación y evitar el embarazo en los tres meses siguientes. Un resultado positivo indica inmunidad permanente, no siendo precisas determinaciones posteriores en ningún otro momento.
El riesgo mayor para el feto lo constituye la primoinfección de la madre durante el primer trimestre de gestación, pudiendo producir aborto, muerte fetal o anomalías congénitas por afectación de determinados órganos en desarrollo.
La eficacia de la vacunación en nuestra población (superior al 96%), induciría a pensar en suprimir el control de anticuerpos anti-rubéola en las mujeres adultas españolas en edad fértil.
Sin embargo, la existencia de importantes movimientos migratorios hacia nuestro país desde otros países en los que no existen programas de vacunación frente a este virus, hace suponer que en los próximos años aumentará la circulación del mismo y el riesgo de infección en la población susceptible.
Por estas consideraciones, se recomienda continuar con el control serológico de la rubéola en el embarazo.
La determinación de anticuerpos frente a la rubéola debería realizarse, siempre que sea posible, antes de la gestación. Un resultado negativo indica susceptibilidad a la infección y se debe proceder a la vacunación y evitar el embarazo en los tres meses siguientes. Un resultado positivo indica inmunidad permanente, no siendo precisas determinaciones posteriores en ningún otro momento.
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