Tu silencio duele, por dos motivos,
porque se que estás muy mal (lo cual me preocupa)
y porque se que me castigas (lo cual no es justo)
¿Qué hice yo para que me culpes de todo lo que te ocurre?
¿Qué derecho tienes a hacerme daño porque sí?
¿Quieres hacerte daño haciéndome sufrir a mí? ¿Por qué?
Mi opción esta vez es callar, apartarme,… ¡basta ya!
¿Quieres seguir en tu infierno? Sigue…
Pero esta vez, mi amor,
me temo, que lo vas a disfrutar solo.
Ya ves, el silencio también duele,
aunque no sea de la forma que esperabas,
ya que ha provocado en mi
demasiado dolor con mi rendición.
Te quiero.
demasiado dolor con mi rendición.
Te quiero.
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