Es curioso, como he podido vivir con el recuerdo de unos versos, que un compañero de clase escribió en su día para mí, la empollona de la clase, aquel patito feo que creía que ningún chico miraba.
Sin embargo, uno de aquellos chicos dejó un poema sobre mi pupitre. Unos versos asimétricos, cuyos dos últimos he recordado siempre:
Sin embargo, uno de aquellos chicos dejó un poema sobre mi pupitre. Unos versos asimétricos, cuyos dos últimos he recordado siempre:
“… y ese día, tu serás una señora,
respetable, amiga mía.”
respetable, amiga mía.”
De aquel chico sólo recuerdo, que se llamaba Manuel y que me hizo uno de los mejores regalos que me han hecho en mi vida.
Es posible que estos días, Víctor sin saberlo, me esté haciendo recordar aquel tiempo. A los 15 años, la vida puede no hacernos del todo feliz, pero algunos actos, pueden hacernos felices siempre.
Es posible que estos días, Víctor sin saberlo, me esté haciendo recordar aquel tiempo. A los 15 años, la vida puede no hacernos del todo feliz, pero algunos actos, pueden hacernos felices siempre.
Quizás sea ese el motivo por el que precisamente hoy, haya sentido la necesidad de rendirle (en cierto modo) un pequeño homenaje a Manuel.
Gracias Manuel, aunque no haya vuelto a saber de ti.
2 comentarios:
Hola, hace tiempo que no escribo, pero he visto lo que has puesto, y podias haber dado las gracias también a tú Manolo, que creo que algo habrá contribuido a que seas esa gran Señora,en la que te has convertido.
Besos
A "mi Manolo", lo que tenga que agradecerle ya se lo agradezco en privado (jeje).
Te quiero demasiado, tontorrón, no te me enfades por esto. Porque con 15 años aún no me había fijado en ti.
Mi mejor beso siempre es para ti.
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